El avance y el progreso están ligados a la producción de millones de residuos que deben ser tratados y reciclados para disminuir su impacto ambiental. Sin embargo, muchas veces el principal problema a la hora de gestionar los residuos no es su cantidad o su volumen, sino su toxicidad.

Los residuos tóxicos son difíciles de erradicar y pueden ocasionar graves problemas a los ecosistemas. En contacto con el suelo y el agua, este tipo de residuos son altamente contaminantes y revierten de forma negativa en la salud de las persona cuando hay fugas o vertidos incontrolados.

¿Qué son los residuos peligrosos y de dónde provienen?

Los residuos peligrosos son aquellos desechos con propiedades intrínsecas que pueden poner en riesgo la salud de las personas o dañar al medio ambiente. Algunas de estas propiedades son toxicidad, corrosividad, inflamabilidad, reactividad y radiactividad.

Los residuos más contaminantes son los originados en hospitales (residuos biológicos), industria química y farmacéutica, industria forestal y agropecuaria (fungicidas, plaguicidas, biocidas), industria energética y petrolera (aceites, emulsiones acuosas, alquitrán), industria textil (colorantes y ácidos), industria militar, industria del plástico y centros de investigación (reactivos y solventes).

Estos residuos no siempre fueron considerados peligrosos. Sin embargo, actualmente están catalogados como tal en la Ley 22/2011, de 28 de julio y en el Reglamento 1357/2014, de 18 de diciembre.

¿Cuáles son los residuos más contaminantes?

Metales pesados (mercurio, aluminio y plomo)

Los metales pesados son uno de los residuos más contaminantes y más difíciles de eliminar. Puesto que se concentran en el suelo, ponen en peligro la flora y la fauna. Su peligrosidad también se asocia a su capacidad para contaminar el agua.

Existen diversas actividades que originan metales pesados, entre ellas algunos procesos industriales, agrícolas y de transporte. Los residuos de metal pesado también pueden producirse a nivel doméstico (latas de aluminio).

Contaminantes clásicos (dióxido de carbono y cloruro de hidrógeno)

Estos contaminantes son menos tóxicos que los anteriores pero se generan en una cantidad mucho mayor, y ahí es donde radica su peligro.

Los contaminantes clásicos dañan el aire, el agua y los suelos. Dentro de esta categoría destaca el CO2, principal responsable del calentamiento global y producido cada día en todo el mundo tanto por la industria como por el transporte.

Compuestos orgánicos sintéticos (plásticos, detergentes y plaguicidas)

Los compuestos orgánicos sintéticos son residuos frecuentes a nivel doméstico. En esta categoría encontraríamos residuos de plástico y residuos derivados de productos de limpieza del hogar, de higiene personal y de cosmética.

En este grupo están algunos de los residuos más contaminantes del agua de ríos, mares y océanos, a donde llegan en forma de micropartículas imperceptibles a través de los desagües.

Los residuos más contaminantes para el medio ambiente

Baterías de plomo

Las baterías están compuestas por placas de plomo y ácido sulfúrico. Su toxicidad es elevada porque, expuestos al aire, estos elementos se oxidan generando otros más peligrosos y contaminantes.

Productos de la minería

Los desechos de la minería están entre los residuos más contaminantes porque se asocian a la producción de sustancias peligrosas como cadmio, arsénico, plomo, cromo o mercurio. Se estima que la basura tóxica generada por esta industria afecta directamente a la salud de más de dos millones de personas en el mundo.

Desechos del carbón

El mercurio provocado por la manipulación y el consumo de carbón en las centrales eléctricas puede viajar miles de kilómetros a través del aire convertido en pequeñas partículas. La combustión de combustibles fósiles también provoca la formación de dióxido de azufre (SO2), relacionado con la aparición de problemas respiratorios, efisemas, bronquitis, asma y cáncer de pulmón.

Fundición de plomo

El plomo es un metal utilizado para fabricar muchos productos. Durante su función libera elementos tóxicos (hierro o zinc) altamente contaminantes y que afectan a la salud de millones de personas.

Plaguicidas y herbicidas

Los plaguicidas son uno de los residuos más contaminantes tanto durante su proceso de producción como tras su uso. Estos agentes químicos son letales para parásitos como hongos e insectos, pero su uso incontrolado también puede provocar que acaben en el agua, el suelo, el aire e incluso en los alimentos. Algo similar ocurre con los herbicidas, cuyo uso se ha demostrado especialmente nocivo para la salud (un ejemplo es el Glifosato, considerado cancerígeno).

Aguas residuales

Las aguas pueden contaminarse durante los procesos industriales y ser letales cuando contienen agentes patógenos, metales pesados, toxinas, etc. Por eso el control de vertidos industriales en el agua es una prioridad dentro de la legislación de los residuos peligrosos.

La gestión de los residuos más contaminantes debe realizarse por empresas que cumplan con toda la legislación como garantía de seguridad. Si tienes dudas, contáctanos. En SMV somos expertos en el tratamiento de todo tipo de residuos.