Los residuos agrícolas son aquellos desechos generados por el desarrollo de actividades propias del sector primario como la agricultura o la silvicultura. Desde SMV te contamos algunos aspectos clave sobre su gestión, el tratamiento de los residuos agrícolas y reutilización.

¿De dónde proceden los residuos agrícolas?

Los residuos agrícolas y forestales son consecuencia de procesos relacionados directamente con la obtención de recursos naturales y su transformación. En la mayoría de las ocasiones, se obtienen como restos de los cultivos o de las limpiezas del campo para evitar plagas e incendios.

Tanto los residuos agrícolas como los residuos forestales pueden aparecer en estado sólido (el ejemplo más claro es la leña) o en estado líquido (cualquier elemento residual obtenido gracias a una actividad agropecuaria, como por ejemplo los purines).

A nivel específico, la producción de residuos agrícolas está marcada por la estacionalidad, ya que provienen de los cultivos. Tras la producción y recogida de los mismos, los residuos agrícolas deben retirarse del campo para que no interfieran en el resto de las actividades agrícolas. En el caso de los residuos forestales, su principal origen son las labores de mantenimiento y mejora de montañas, montes y masas forestales, o actividades como la tala de árboles y de troncos.

También se consideran residuos agrícolas aquellos derivados de industrias agroalimentarias como la fabricación de aceite de oliva, vino o frutos secos. Dentro de los residuos forestales se incluyen, además, los desechos de plantas madereras, fábricas productoras de corcho o pasta de papel.  El tratamiento de residuos agrícolas es muy importante, entre otras cosas, para producir biocombustibles.

¿Cuáles son los residuos agrícolas?

Los residuos agrarios se generan en entornos naturales. En su mayoría son restos de cereales, frutales, fibras textiles y semillas oleaginosas, cultivos frutales, viñedos y plataneras. También se consideran residuos agrícolas los plásticos usados en agricultura intensiva.

Otros ejemplos de residuos agrícolas son:

  • Restos de poda y de cultivos.
  • Plásticos y mallas procedentes de invernaderos, mangueras, etc.
  • Sacos de papel y cartón envase de abonos y fertilizantes.
  • Envases de plástico de abonos y fertilizantes.
  • Estructuras metálicas de invernaderos.
  • Tuberías para conducción de agua y drenaje.
  • Palés de madera o similares.
  • Envases vacíos fitosanitarios.
  • Restos de productos fitosanitarios.
  • Aguas de lavado de tanques/maquinaria agrícola.
  • Materiales de destrío y desbroce.
  • Restos de vinificación.
  • Envases de papel, madera, cartón y/o plástico.
  • Filme para recubrir forrajes y facilitar su ensilado.
  • Cordelería.
  • Acolchado para suelos.

Muchos de estos residuos pueden reutilizarse, reciclarse e incluso tratarse como subproductos agrícolas de manera directa. Otros, como los envases de fertilizantes, los plásticos de invernadero o los restos fitosanitarios deben tratarse correctamente y no cometer errores al reciclar.

¿Por qué es importante el tratamiento de los residuos de la agricultura?

La mala gestión de los residuos agrícolas puede suponer un problema medioambiental que origina un deterioro progresivo y acumulativo en el entorno, lo que puede constituir un problema de higiene pública.

  • La quema indiscriminada o incontrolada de los residuos supone la emisión de tóxicos a la atmósfera.
  • Su abandono atrae a roedores e insectos y puede originar plagas.
  • El vertido de residuos fitosanitarios puede contaminar suelos, aguas superficiales y acuíferos.
  • El abandono de residuos metálicos puede provocar su descomposición y problemas de contaminación de tierra, agua y atmósfera.

Tratamiento de residuos agrícolas: algunas opciones de valorización

En España se generan cada año unos 27 millones de toneladas anuales de residuos procedentes de actividades agrícolas. Más del 50% proceden de la poda de árboles frutales, cultivo de vid, olivo y cereales.

De manera directa, la combustión de los residuos agrícolas y forestales pueden ser una fuente energética para calefacción, tanto en el ámbito doméstico como a nivel industrial.  Otros de sus usos son:

  • Combustibles (generación de energía térmica y electricidad).
  • Subproductos derivados de la madera.
  • Alimentación animal.
  • Combustibles fertilizantes.
  • Camas de ganado.
  • Compostaje.

Legislación aplicable a los residuos agrícolas

La gestión de residuos agrícolas y/o forestales (recogida, transporte y tratamiento) debe ser realizada por gestores autorizados acorde a la legislación vigente establecida en la Ley 10/1998, de 21 de abril, sobre Residuos.

Aún así, a nivel jurídico no existe una normativa específica que recoja el tratamiento de los residuos agrícolas, ya que cada tipo de residuo (orgánicos, plásticos, fitosanitarios,etc.) debe reciclarse y gestionarse de una manera concreta.

Por otra parte, la recogida selectiva, el transporte, el almacenamiento y el reciclado de los residuos derivados de la agricultura puede acogerse a los sistemas de gestión específicos.

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