Desde el 1 de junio de 2015 todos los residuos deben categorizarse en función de su peligrosidad y según las pautas establecidas en el Reglamento 1357/2014 de 18 de diciembre de 2014. Los explosivos se consideran uno de los residuos más peligrosos y están catalogados dentro de la categoría HP1. Bajo la definición residuos explosivos se engloban aquellos que «pueden desprender gases a una temperatura, presión y velocidad tales que pueden ocasionar daños a su entorno«, como consecuencia de una reacción química.

¿Qué tipos de explosivos existen?

Un explosivo es toda aquella sustancia que por alguna causa externa (roce, calor, percusión, etc.) se transforma en gases liberando calor, presión o radiación en un breve espacio de tiempo. Estas sustancias y preparados se presentan en estado sólido, líquido, pastoso o gelatinoso e, incluso en ausencia de oxígeno del aire, pueden reaccionar de forma exotérmica detonando, deflagrando o  explotando.

Los explosivos pueden ser:

Pulverulentos

Compuestos por nitrato amónico, impermeabilizantes, estabilizantes y sustancias combustibles y oxidantes. Son sensibles a los golpes y a la fricción, y su velocidad, potencia y densidad de detonación son bajas.

Hidrogeles

Constituidos por una mezcla de disolución oxidante y nitrato de monometilamina a la que se le añaden sustancias combustibles y gelificantes. Estos explosivos presentan gran velocidad de detonación y producen humo de toxicidad baja.

ANFOS

Están compuestos por sustancias combustibles y oxidantes a las que se añaden aditivos como el polvo de aluminio. Este tipo de explosivos producen gases tóxicos y son insensibles a los golpes.

Emulsiones

Las emulsiones explosivas están compuestas por una parte oxidante y una parte con combustible. Tienen un densidad y potencia muy elevada.

Pólvora de mina

Se trata de una mezcla de azufre, carbón vegetal y nitrato potásico. Su potencia de detonación es baja.

Explosivos Gelatinosos

Están compuestos por nitroglicerina o nitroglicol, nitrocelulosa, estabilizantes y sustancias combustibles y oxidantes. Son sensibles a los golpes y presentan gran velocidad de detonación y  elevada potencia.

¿Qué son los residuos explosivos?

Los residuos explosivos son aquellos que «tienen una constante de explosividad igual o mayor a la del dinitrobenceno, o bien que son capaces de producir una reacción o descomposición detonante o explosiva a 25ºC y a 1.03 kg/cm2 de presión«.

Dentro de esta categoría se incluyen residuos pirotécnicos, residuos de peróxidos orgánicos explosivos (utilizados, entre otros usos, para la fabricación del poliestireno, el cloruro de polivinilo y productos compuestos como la fibra de vidrio) y residuos autorreactivos explosivos. Algunos ejemplos de residuos explosivos son los restos de pólvora o los desechos químicos de amonio.

También se considerarán residuos explosivos aquellos que contengan:

  • Peróxidos. Utilizado para fabricar tintes de pelo, combustibles o cohetes.
  • Cloratos. Se emplea, entre otros usos, para fabricar cerillas.
  • Percloratos. Habituales en la fabricación de cohetes y en las formulaciones empleadas en pirotecnia.
  • Ácido pícrico. Usado en la industria armamentística.
  • Trinitrotolueno. Conocido como TNT y utilizado como explosivo.
  • Trinitrobenceno. Habitual en la industria armamentística, siendo especialmente relevante para la fabricación de bombas atómicas y otras armas nucleares.
  • Permanganato de potasio. Fósforo blanco, utilizado como agente incendiario de uso militar.

Almacenaje, gestión y transporte de residuos explosivos

La dinamita y otros explosivos, así como agentes de voladura, fulminantes y otros accesorios se almacenarán en depósitos diferentes. Algo similar ocurre con los residuos explosivos, que deben guardarse aislados de cualquier otro material peligroso como residuos inflamables, corrosivos, irritantes, infecciosos o ecotóxicos.

Además, cualquier aspecto relacionado con la gestión de residuos explosivos debe ajustarse a legislación sobre residuos peligrosos recogida en la Ley 22/2001, de 28 de julio, donde se incluye  el transporte destinado a la eliminación y la valorización de los mismos. Este transporte, que también aparece reflejado en el Real Decreto 412/2001, de 20 de abril por el que se regulan diversos aspectos relacionados con el transporte de mercancías peligrosas por ferrocarril; y en el Real Decreto 97/2014, de 14 de febrero, por el que se regulan las operaciones de transporte de mercancías peligrosas por carretera en territorio español, debe ir acompañado de un documento de identificación a efectos de seguimiento y control. Este documento contendrá información relevante sobre el explosivo, como la fecha de ingreso del residuo, el nombre del residuo y su cantidad, la clasificación (en este caso, H1), el estado de los residuos explosivos, su origen, su fecha de salida y su destino final.

Los residuos explosivos deben transportarse cumpliendo la normativa sobre envasado, embalado y etiquetado/rotulado que afecta al transporte de todos los residuos peligrosos. Además, su traslado también debe hacerse de forma independiente a cualquier otro tipo de residuo para evitar el riesgo de reacción química.

El transporte de residuos explosivos debe ser realizado por una empresa especializada con los seguros responsabilidad civil y daños medioambientales vigentes. Dichas empresas deben adoptar medidas para que los vehículos cumplan las condiciones reglamentarias y que los conductores y técnicos sean informados sobre las características especiales de los residuos.

A su vez, el medio de transporte (generalmente un camión), deberá ir identificado con banderolas, rotulación, rombos, etc. Los operarios encargados de la gestión de los residuos explosivos irán equipados con casco protector, lentes de seguridad, máscara antipolvos, ropa de protección contra salpicaduras químicas, botas con puntera de acero y guantes.
Si buscas una empresa autorizada para el transporte de residuos peligrosos, contáctanos. ¡No busques más!